UNA GRAN MUJER CON GRANDES SUPERACIONES Y LOGROS. Parte 1

UNA GRAN MUJER CON GRANDES SUPERACIONES Y LOGROS. Parte 1

Aquí comienza una historia larga,  pero llena de apasionantes vivencias reales, como real es esta historia. Con dicha historia quiero poner al alcance de más mujeres que según vayan leyendo esta historia real y se sientan reflejadas en ella, el alcance de lo que es ser mujer desde siempre y sobre todo en el siglo XXI. Una larga singladura en el que viviremos, yo en primera persona y vosotras como lectoras y quizás también personalmente os suenen algunos de los episodios aquí narrados y vividos.

Cargados desde muy temprana edad de episodios de abusos sexuales, de reconocidos malos abusos familiares, malos tratos por parte de integrantes de algunos miembros de la familia, la sobre carga desde los 7 años de responsabilidades que me superaban y me han robado casi todas las etapas importantes de mi vida y un sin fin más de rodaduras en este paso por la vida que me han dejado tremenda marca, física, moral, psíquica y espiritualmente. Es cierto que me han endurecido y me han hecho tan fuerte que por veces pienso si soy un ser humano o soy una maquina sin más.

Todo comenzó un día, el 22 de julio de 1970, fecha en la que yo como persona y ser vivo llegue a este mundo y a la vida, aquí comenzó mi trayecto, viaje o recorrido por esta senda, esta apasionante experiencia que ha sido muy dura y que durante todos estos renglones iré narrando y por capítulos.

Lo primero que recuerdo, es mi primera etapa, cuando todavía apenas contaba con 6 años y poco, por ese entonces, mi madre enferma de una enfermedad que en los años 70 los médicos no sabían mucho, esa enfermedad se llama LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO, tenía que estar a menudo ingresada en el hospital durante temporadas prolongadas,que nos obligaban a mis 3 hermanos y a mi a ser internados en colegios, dado que mi padre trabajaba de marinero, pasando bastante tiempo en el mar.

Contábamos con la ayuda a veces de primas, que nos cuidaban unas semanas otras veces no podían hacerlo ya que no vivían en nuestra provincia y debían ayudar a sus padres en las tareas de la vida del campo.

En nuestra zona de residencia mi madre contaba con algunas amistades algunas de ellas matrimonios de mediana edad, que se quedaban con nosotros cuando mi madre tenía que visitar a los médicos, ir a la compra, o llevar a alguno de nosotros al médico.

Entre esas amistades había un matrimonio que se llamaban Matilde y Manolo, ya eran entrados en los sesenta años, tenían 2 hijos, llamados Maricarmen y Manolito. Me acuerdo que disfrutábamos en su casa, donde había palomares de rolas y tórtolas, conejos y una buena finca en la que existía una gran mesa larga de piedra con sus respectivos  bancos a cada lado, dicha casa estaba rodeada de alguna casa más. Por la entrada principal estaba la del zapatero, andabas unos metros y allí se encontraban ese caserío, donde jugábamos, sobre todos mis hermanos. Bueno mi hermano el pequeño, no mucho, ya que aun llevaba pañales, en esa época no había los pañales de ahora, sino los de tela de gasa.

Pues, desde la cocina de su casa, se podía ver todo el pequeño jardín, también tenían un perro llamado Troski, muy bonito que le encantaban los niños. Todo era muy bonito,  mis hermanos estaban abajo en la finca jugando con el perro, o viendo los conejos, o las tórtolas y la señora Matilde había ido o a recoger la ropa tendida o a algún recado, excepto cuando su marido, como bien dije anteriormente, pasaba de los 55 años, me cogía muy pegado a él y comenzaba a realizar unos masajes en ciertas partes de mi cuerpo contra mi cuerpo, pero siempre mirando hacía la ventana de la finca. Por aquel entonces, en los colegios no se hablaba de lo que eran los abusos sexuales, ni una niña como yo tampoco sabía o debería saber que era eso.

Yo no entendía que era eso, pero lo si cierto, era que no me sentía cómoda ni a gusto. Cuando mi madre llegaba, nos recogía y nos íbamos para nuestra casa.

Esas acciones siguieron sucediendo durante más días durante un tiempo, puedo decir que luego cuando tenía que quedarme allí, hacía lo posible por escabullirme para otro sitio, o evitar de no estar sola con ese señor. Nunca se lo comente a nadie, ni a mi madre, ni a su mujer, ni a su hija. Que no estaba en casa muy a menudo, al igual que su hijo, que ya eran mayores de 20 años. Cerca había otra casa, al final en una esquina, señora Teresa, Juana su hija pequeña y su hermana mayor,que por cierto tenían gallinas.

Esa vivencia y mala experiencia jamás se lo conté a nadie. Dicho matrimonio mayor, ya hace muchos años que fallecieron, eran buenas personas y se portaban muy bien con nosotros, pero eso no quiere decir que fuera suficiente para olvidar dicha experiencia y trauma.

Hace como un año, después de casi 40 años, la di a conocer y la relaté a través de un correo electrónico en un programa de radio, que estaban tratando ese tema, los acosos y abusos sexuales, fue entonces que vi la manera de soltar lastre, vaciarme por dentro, para poder pasar pagina y dejar ese episodio de mi vida, atrás para proseguir con la vida.

Pero no tardaría mucho tiempo, en volver a vivir, otra situación y experiencia muy similar, pero esta vez, mi edad era distinta, tendría unos 11 años como mucho  y transcurrió en la época de vacaciones de verano, en la casa de mis abuelos maternos, en orense. Ese día mi tía debía ir al oculista al centro de orense, mi abuelo que llevaba muchos años en una silla de ruedas al cual después de comer entre mi tía y yo, lo subíamos al café del Alto, un bar del pueblo, donde se juntaban algunos mayores, junto con el párroco para jugar unas partidas a las cartas y tomarse un café.

Mis primos habían ido a llevar a mi tía al oculista a orense y mi abuela, no veía de un ojo, y en el otro tenia una catarata, pues me pidió que fuese a la carpintería que estaba a unos 20 pasos de la casa de mis abuelos a buscar un saco de virutas de madera para echarle en donde estaban los cerdos para esparcirlas por debajo de la hierba limpia y así les quedase más fresco su lugar de descanso, pero cuando entré a buscar dicho saco, el carpintero, se acerco a mi, lo suficiente para echarme la mano al vestido  e intentar meter la mano en el escote, yo salí corriendo para casa de mis abuelos y que subí para la sala.

A mi abuela, le dije, que no pudiera cogerlo, pero no le conté nada, ya que era una persona mayor y no quería preocuparla.

Cuando llegaron tanto mi tía como mis primos no comenté nada, terminó el verano y me volví para Vigo, con mi madre y mis hermanos.

Al año siguiente no volví a quedarme de vacaciones con mis abuelos y primos, que tanto me gustaba, ellos me notaron rara y me preguntaron varias veces, que me pasaba, que por qué no me había quedado como siempre a pasar el verano, tanto me insistieron que tuve que contárselo. Cuando lo escucharon, mi primo, se puso tan enfadado, que salió corriendo a junto del carpintero a pedir explicaciones y ver que había pasado, era tal el cabreo que tenía mi primo, que no se contuvo y le propino un buen par de bofetones al susodicho carpintero.

Aquí os comparto el vídeo en el que narró lo ocurrido y lo que yo he vivido.

 

fue en esa época cuando también estaba junto con mi hermana internas en un colegio de la coruña, en SADA, La Coruña. Yo era la mayor de los cuatro hermanos, mi hermana, en ese momento tenía 3 años menos que yo, pero siempre fue traviesa, ella se reponía a las más mayores, era de armas tomar, yo era tranquila, sensible, tímida, aun mantenía mi bonita melena ondulada y  larga, que mi madre me cuidaba con esmero. Unas veces me hacía unas coletas, otras la típica trenza pegada, otras me lo dejaba suelto, menos el día que me tocaba gimnasia, por normas estrictas de la clase. En el grupo de las internas, había dos compañeras en el externado, zona donde estudiábamos junto con las externas que venían al colegio. Como decía había dos compañeras de curso que se llamaban Rosa Pouso y Begoña Perez, que estaban sentadas detrás mía y todos los días me tiraban de la coleta, de las trenzas, me pegaban sin más ni más, me insultaban, sin saber por qué o me llamaban tonta, subnormal. Un día me cansé de aguantar y cuando llegué al internado, que estaba separado del externado por unos jardines y unos grandes patios, seguidos de los comedores, subí para mi habitación compartida por 6 compañeras más, kity portela, Dolore Dios, Belen Rey, Monica Cerviño, Yolanda Boubeta y Dolores Sanpedro. Nuestra Monitora era la Señorita Milagros. Primero ordené mi armario, pues a los viernes, siempre nos tocaba, ordenar armarios, cambiarlas camas, lavarnos las cabezas y al terminar, busqué a la directora del internado, la señorita Isabel y se lo conté, llamó a las compañeras que se metían conmigo, le echo una buena bronca, las castigo y nunca más volvieron a meterse conmigo, después terminaron siendo amigas mías. Luego me fui con mis compañeras y amigas de habitación  para los patios donde nos ponían música por la megafonía para poder bailar, toda ella en Vinilos y de la época de los años 70 y 80, Karina, mecano, F.R. David, phil collins, spandau Ballet, Fama, Michael Jackson,  Culture Club, Jason Donovan, etc, hasta la hora de cenar todas las internas. Recuerdo otras bromas de novatadas, que me gastaban o se la gastaban a las nuevas, una típica era la de llenarte la cama con una mezcla de champú, crema de los dientes, betún de los zapatos y alguna cosa más. Pero bueno en nuestro colegio nunca hubo novatadas gordas, o sí, eso eran las mayores, cuando a veces, se les daba por hacer un falso aviso de bomba y un par de veces nos tuvimos que ir al conocido pazo de Meirás, en pijama y zapatillas todas en autobuses.

En este colegio internado estuvimos los años y cursos 1980-81 y 1981-82. En el siguiente año, comenzaban las obras para la construcción del nuevo colegio internado, con la innovación de ser mixto.

Aquí aprendíamos de todo, deportes en todos sus estilos, teníamos cancha propia de tenis, balonmano, baloncesto, gimnasio. contábamos con salones de actividades manuales, otra para cocina, otra para música donde aprendí a tocar la guitarra, la bandurria y la laúd, ya que eramos muchas las internas, logramos crear una rondalla, que en el año 1982, coincidiendo con la visita del papa Juan Pablo segundo, nuestra representación de dicho colegio con un grupo de compañeras mayores como Carmen Rouco y de las más pequeñas, Evita, de 3 añitos, que se encargó de entregar un ramo de flores al papa.

También había una gran biblioteca que contenía muchísimos libros de lectura, aventuras, intrigas, etc pero todos acuñados con el sello Carmen Polo de Franco.

Un día muy triste y señalado para todas las internas y también para el resto de las externas y profesoras, fue el fatal fallecimiento de nuestra Monitora la Señorita Milagros, en un accidente de coche, que precisamente chocó contra otro coche,muriendo ambos ocupantes de sendos vehículos. Era muy querida por todas sus compañeras, pero también por todas las alumnas internas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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